Sacando patrones

En casa siempre hemos sido muy de cosernos las cosas nosotras mismas. Ni fiebre del "Tiempo entre costuras" ni de "Galerías Velvet".



Con 13 años mi madre ya cosía secamanos con sus iniciales (que diseñaba ella misma), con 14 años ya tenía unas sábanas con su nombre y así sucesivamente hasta tener acabada su dote.

Hace unos años ya que me interesé por la costura, vi un vestido de Taylor Swift y como no lo encontraba en ninguna tienda, me lo hicieron... Me lo hicieron porque no se fiaban de mi, más que nada porque nunca había tocado una aguja ni un hilo.

Pero este último año que he estado fuera me enganché al punto de cruz, y es que no había muchos pasatiempos en la casa en la que vivía. En una de mis visitas a casa mi madre me enseñó, y ¡qué me has dicho! ¡Me encantó!

Así que como una cosa lleva a otra. al final me puse a coser como Dios manda.


¿Que un vestido sin forro y con menos de 2 metros de tela vale 40 euros? ¿Una camiseta de tirantes de Hollister vale 20 euros? ¿Pero en qué mundo vivimos? Entiendo que pagamos las marcas, pero aún así hay muchas cosas que no deberían ser tan caras y mucha gente que no puede permitirse pagar tanto por una sola prenda. Y que no, que yo no pago 40 euros por un vestido cuando puedo hacer 4 por ese mismo precio.

Este verano pasado ya fui a por telas a una pequeña tienda. Bueno, no fui adrede a por una tela para un vestido, simplemente pasábamos y la encontré, y vi que sería muy bonita para un vestido camisero, muy de Amar en tiempos revueltos.

Y ese fue el primer vestido. Ahí empezó todo de verdad.

Este fin de semana fuimos a pasear por Valencia y a ver qué tiendas de retales seguían aún abiertas. Digo esto porque mi madre decía: en esta calle había tres. Y cuando llegábamos había una panadería, un wok y un starbucks (por cierto lo de los starbucks me mata ¿eh? Sólo hay niñitos pijos haciéndose fotos con sus cafés para subirlas a instagram... A dónde estamos llegando...) Bueno, la cosa es que si hace 30 años habían 100 tiendas de telas en Valencia, hoy sólo hay 5 o 6. Es triste ¿verdad? Aunque espero que con esto de que se ha puesto de moda gracias a las series, vuelvan a despuntar un poquillo.

A lo que voy es que fuimos directas a Julián López porque ¡oh Dios mío! tenían un montón de descuentos ya que era el 60 aniversario. Que si 25.000 metros de tela a 0,99€, 25.000m a 2'99€ y cosas así. Cómo no íbamos a entrar con esos precios, pero ¡si eran regalos más que ofertas! Así pues entramos. Y es que para mi, Julián López es más que una tienda en la que venden tela. Para mi es otro mundo. Los vendedores son taaaaan agradables, tan educados, tan atentos, siempre ayudando a elegir los tipos de tela, los colores... ¡Los A-DO-RO! Así deberían ser en todas las tiendas de por ahí...

Buscando y rebuscando acabamos con tres telas para tres vestidos (una de ellas muy setentera), un mantel para bordar en punto de cruz para Navidad y un cuello super bonito para un jersey que no me gustaba nada. Y todo esto, es sólo lo mío :)


Ya nos volvíamos cuando nos topamos con un cartel que sobresalía de un callejón que ponía: Retales a peso. ¿Retales a peso? ¡¡Una tienda como las de antes!! No nos lo podíamos creer, qué ilusión. Nos metimos y salimos con otra bolsa.

¡Me encanta!

Así pues, el sábado como lo pasé sola en casa, lo dediqué a sacar los patrones de las revistas :)

Y a esto viene el título, sé que mucha gente compra hojas de patrones y yo lo veo un poco tontería. Mi madre me ha enseñado que se pueden sacar con papel de seda, es más delicado, sí, pero también mucho más barato.

Lo que hago yo es:

1º) Tomar las medidas y buscar a qué talla corresponden en cada revista. Por ejemplo, cuando me compro algo en las tiendas yo soy una 38, pero en la revista Burda mis medidas corresponden a la talla 40, y en Patrones soy una 44. Qué locura ¿verdad?

2º) Una vez se tiene claro la talla, se saca el libro de patrones de la revista (esas hojas del centro en color gris), se abren y se busca el código de la prenda que se quiere hacer. Los códigos aparecen al lado de las fotos de las prendas en la revista.

3º) Imaginémonos que el vestido que queremos coser está en la cara C del libro de patrones, dibujado en color rojo y nuestra talla, que es una 40, es la línea de -------. Pues ponemos una hoja de papel de seda encima y marcamos la línea de nuestra talla, la que es -------, en la hoja de papel de seda.


4º) Cuando ya tenemos todos los patrones dibujados en el papel de seda, recortamos con mucho cuidado.


5º) Yo guardo los patrones porque me gustan mucho los modelos de vestidos y blusas ya que son los que mejor me quedan, así que para saber cuál es cuál lo que me enseñó mi madre es recortar la fotito del índice y poner los datos de la revista y de la prenda.


¡Ya está! Patrones sacados. ¿Es fácil o no?


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