Así que cuando las abrimos continué con mi tradición de todos los años de ver todos los trajes de cuando mi hermana y yo eramos pequeñas. ¡Qué bonitos son! Reconozco que se les nota un poco el paso del tiempo, pero aún así me encantan...
Ahora ya toca hacer unos nuevos completamente, y qué mejor que recordar los que teníamos para poder inspirarnos y elegir nuevas telas.
El primer traje que tuve nos lo regalaron unas primas de Gandía y era doradito con tres corpiños: el de manga corta de la misma tela que la falda, y dos de manga larga, uno negro y otro azul.
Después había uno un pelín más grande, también dorado (ups, ¡se me olvidó hacerle foto!), y el siguiente fue el azul de mi hermana, que es uno de mis preferidos.
| Mi hermana con el traje azul y yo con el primero dorado que tuve con corpiño negro de terciopelo. En 20 años no han cambiado las modas ¿verdad? :) |
Después tuvimos otro dorado (¡cómo no! parece que nos iba el dorado) y ya por último el turquesa y granate de hace unos años.
Mi parte favorita de todo el traje es el aderezo, siempre me han gustado y es en lo primero que me fijo. Me he dado cuenta de que estos últimos años se llevan mucho más sencillos que antes, con menos perlitas y más finos... A mi me gustan los de toda la vida, esos que son grandes y con racimo, como el mío de hace unos años... Me parece tan bonito...
| Las peinetas son de hace casi 20 años de cuando era una pequeñaja que jugaba con las faldas de los trajes que teníamos. |
| El de la izquierda es el que tenía de pequeña, junto al de mayor (derecha). ¡Qué diferencia de tamaño! |
| Dentro del aderezo, mi pieza favorita es la cruz, no creo que tenga nunca un aderezo sin la cruz como colgante... Me parecen preciosas, y al ser unas fiestas religiosas, qué menos que llevarla. |
En fin, ahora toca buscar un corte nuevo, aderezo y peinetas nuevas, manteletas y medias, enaguas, zapatos... ¡Empieza la aventura!

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